Un año junto a los viticultores
El vino es el resultado de un diálogo constante entre el ser humano y la naturaleza, que comienza en el viñedo y termina en la copa.
Acomódate y viaja al día a día de los viticultores. En esta sección de la Exposición Permanente, descubrirás cómo viven y trabajan los viticultores durante todo el año, tanto en los viñedos como en las bodegas.
A pie de viña, los humanos lidian con las fuerzas naturales, sufriéndolas, acompasándolas y controlándolas. Lluvia, granizo, heladas... asistirás a la infinidad de contingencias climáticas a las que se enfrentan los viticultores. Y, mes a mes, descubrirás los métodos ancestrales de cultivo que se utilizan a lo largo del desarrollo de la vid.
En primavera, presenciarás el renacimiento de la vid, cuando las yemas empiezan a abrirse. En verano, sentirás el calor del sol. En otoño, compartirás la emoción de la vendimia y observarás cómo cada racimo se recoge cuidadosamente para proteger las uvas y garantizar la mejor calidad posible. En invierno, admirarás la destreza con la que los viticultores podan las vides, preparándolas para el nuevo año.
Vivir al ritmo de la planta, temblar ante los caprichos del tiempo, podar, sarmentar, volver a podar, atar, desyemar, levantar las ramas, recortar, deshojar... y, por último, vendimiar. En total inmersión en el mundo vitícola, entenderás y valorarás toda la complejidad técnica de este bonito oficio.
Mientras tanto, el trabajo en la bodega nunca cesa. Desde que la uva llega a la bodega hasta que se embotella el vino, los vinicultores están ocupados durante meses. Hay que llenar, medir, bazuquear y trasegar... Acompaña al enólogo mientras crea una añada.
Podrás sentir el profundo vínculo que une al ser humano con la tierra y la vid, y cómo esta relación da lugar a vinos que cuentan la historia de un año concreto.
Con el apoyo de
© Casson Mann, Agence Clémence Farrell, The Mill